Saca todo el partido al tiempo libre con tu perro

Disfrutar del tiempo libre con tu perro, no sólo consiste en pasear con él. Hay muchas y variadas formas de compartir momentos especiales entre los dos y estrechar vuestro vínculo de forma divertida y educativa.

Nuestro perro adora aprender cosas nuevas y hay muchas opciones adaptadas para todos los gustos. Si somos capaces de proponerle retos adecuados a su capacidad, estaremos estimulando su inteligencia y, la experiencia demuestra que un perro mental y físicamente ágil, tiene menos probabilidades de desarrollar conductas inadecuadas.

En el artículo de hoy, ofrecemos propuestas diferentes para todas las familias. El juego puede ser más dinámico o más estático pero el resultado, si lo hemos hecho bien, es un perro feliz y agotado pues, el ejercicio mental, resulta muchas veces más intenso para ellos que una carrera de diez kilómetros.

Podemos combinar juegos de interior y exterior en función del clima pues los días lluviosos o muy fríos quizá apetezca menos pasar mucho tiempo fuera pero, igualmente podemos proponer a nuestro perro actividades que le ayuden a canalizar toda su energía en un objetivo concreto como los juegos de olfateo o los interactivos que veremos más adelante.

También podemos combinar los juegos dinámicos y estáticos en una misma sesión para terminar relajando al animal con una actividad que requiera de una atención pausada y serena.

La clave está en probar diferentes alternativas e ir variando en función del clima (en verano podemos practicar deportes que resultan imposibles en invierno), de nuestro propio estado de ánimo, del interés de nuestro perro y del tiempo disponible. Opciones hay para todos los gustos.

El juego como herramienta educativa

Hasta hace poco, pocos hablaban de la importancia del juego y, sin embargo, todos conocíamos las ventajas de que el animal interactuara con nosotros, con otros seres y con el medio de una forma lúdica y distendida. Y es que, el juego estimula la actividad mental del perro y es una forma increíble de que se sienta más feliz a nuestro lado. Si creas rutinas de juego diarias, tu perro esperará el momento con ganas y participará de buen grado siempre que las propuestas sean divertidas y estimulantes

Juegos atléticos y deportivos

El juego entre perros satisface la necesidad de interacción entre la misma especie, pero ahora trataremos el juego como una forma de motivar, activar, relajar, concentrar y darle un rumbo diferente al que se establece entre ellos.

Los perros juegan con patas, boca y cuerpo pero también tenemos que enseñarles a jugar de otra forma diferente cuando lo hacen con nosotros.

No es raro ver a personas y perros en el parque disfrutando del juego de la pelota o de deportes más exigentes y muy de moda últimamente como el agility o el canicross que exigen cierta preparación previa para evitar lesiones y disgustos.

El juego con la pelota puede ser muy divertido, si ambos disfrutáis de él pero, también puede convertirse en una auténtica pesadilla si tu perro no sabe parar y pasa del juego a la adicción. Más adelante comentaremos este punto.

Si has pensado en salir a correr o practicar cualquier deporte aeróbico con tu perro, es recomendable visitar al veterinario para una revisión e informarse del mejor modo de iniciar la actividad según el tipo de raza, o de la edad del animal, que podría ser demasiado joven o mayor, en cuyo caso habría que adecuar la actividad y el ritmo.

Los cachorros deben esperar a finalizar su crecimiento antes de iniciarse en deportes exigentes ya que, sus articulaciones están en desarrollo y puede llegar a lesionarse.

Adapta el equipamiento en función del deporte a practicar e invierte en seguridad para tí y tu perro. Cada disciplina (agility, canicross, bici…) necesita de un material específico diseñado cuidadosamente para disfrutar sin riesgos.

Invierte en buenos arneses y correas adaptados a las exigencias de la actividad que queráis compartir. El perro irá cómodo y seguro y tú disfrutarás sin preocupaciones.

Al practicar deporte sobre asfalto, recuerda que tu perro no lleva calzado y se puede quemar las almohadillas, sobre todo si tiene falta de costumbre. Además del calor, el hielo y la nieve también pueden herirlas.

En el mercado existen pomadas y lociones tópicas que endurecen e hidratan las almohadillas, ayudando a que sean más resistentes aunque lo mejor es acostumbrar progresivamente al animal a diferentes tipos de superficies

Al igual que los seres humanos, los perros necesitan períodos de adaptación a la actividad física; No podemos pretender que, de la noche a la mañana el perro, pueda cubrir largas distancias sin entrenamiento previo y no pagar las consecuencias (tirones, desgarros musculares, roturas…).

Durante el verano, hay residencias que ofrecen la posibilidad de nadar en piscinas adaptadas para perros y, siempre bajo supervisión. Valora la opción de probar algún día pues te sorprenderás de lo hábiles que pueden llegar a ser los perros chapoteando y buscando “tesoros” bajo el agua con un poco de preparación previa. Al contrario de lo que se piensa, no a todos los perros les gusta el agua pero puede ser una buena forma de quitar miedo si ve a otros perretes practicando esta actividad.

 

Juegos de llamada y otros ejercicios básicos

Las señales básicas de educación canina pueden convertirse en un juego divertido para ambos. Empieza en casa de forma tranquila y ve incrementando las distracciones a medida que el animal avance y tú cojas seguridad.

En los juegos de llamada, conviene elegir una palabra diferente a las que usamos para otras cosas. La señal “aquí” me suele gustar mucho porque no es la habitual pero puedes elegir cualquiera con la que te sientas cómodo y que sea fácil para tu perro y deberías usarla siempre que le llames. La forma correcta es “perrito aquí”. Informa siempre a tu perro de lo que esperas de él. En caso contrario, lo despistarás y no querrá participar del juego.

La llamada al igual que el resto de la educación, ha de ser alegre pues buscamos la curiosidad natural del animal y, si nos mostramos felices, el perro estará deseando venir a ver qué ocurre. Llámalo una vez y espera. Nos solemos impacientar en cuanto no acude inmediatamente. Cuenta hasta 10 antes de volver a llamarlo. En estos casos, es bueno acompañarse del lenguaje gestual pues los perros son mucho más visuales que nosotros. No pasa nada por agacharnos o movernos, animando al perro, cuando estamos empezando, para hacer aún más atractiva la actividad.

Durante el paseo, llámalo y refuerza cada vez que acuda. Cógele del collar de vez en cuando y vuelve a liberarlo inmediatamente para que siga jugando. Si solo lo llamamos cuando nos volvemos a casa, enseguida aprenderá que nuestra llamada significa fin de la diversión y cada vez remoloneará más ante nuestras demandas. Si cada vez que regresa a nuestro lado, dejamos que pase de largo sin que exista contacto físico, será difícil agarrarlo en caso necesario pues habrá aprendido a zafarse y lo considerará un juego más.

La educación básica no deja de ser otro tipo de juego. Al fin y al cabo tu perro disfruta teniendo algo que hacer y, además, sale reforzado en cada sesión pues es tiempo de calidad contigo. Podéis aprender junto, sienta, tumba, patita y otras muchas habilidades de forma divertida y relajada. Si tienes dudas, consulta con un educador que te dará las pautas necesarias o apúntate a un grupo de Educación Canina en Grupo que además te da la oportunidad de conocer a otras personas y perros.

Practica mucho, relájate y disfruta con seguridad de la relación con tu perro. Un ratito todos los días, es la clave de éxito.

 

Juegos de inteligencia y olfato

Hasta ahora hemos visto juegos de exterior pero, podemos conseguir que nuestro perro esté igualmente entretenido con juegos de interior. Cualquier objeto o propuesta con el perro dentro del hogar puede convertirse en una actividad divertida si se hace con cariño y se tienen ganas de pasarlo bien.

El olfato, es el sentido más desarrollado en los perros, en detrimento de otros como la vista o, incluso el oído. Para que nos hagamos una idea de su importancia, el olfato canino es aproximadamente un millón de veces superior al humano.

Teniendo esta poderosa herramienta, no es extraño pensar en un perro olfateando durante todo el día, pero la realidad es que los perros con los que convivimos apenas olfatean y, demasiadas veces es porque no se lo permitimos y se olvidan de ejercitarlo adecuadamente. Cometemos el error de tirar de la correa cuando nuestro perro, se para a oler algo durante el paseo.

Por eso no es raro ver perros que, privados del placer de olisquear, se dedica a mirar a su alrededor de forma nerviosa, tirar de la correa, ladrar… Les privamos de su forma natural de relacionarse con el mundo y eso les puede producir mayores niveles de reactividad, estrés, bajo poder de concentración y dificultades de aprendizaje entre otros muchos problemas.

Los humanos somos animales visuales pero, nuestros perros necesitan estudiar el territorio no con la vista sino, fundamentalmente con el olfato. Cuando nuestro perro se para oler el rastro de otro perro, está estudiando si es macho o hembra, si está enfermo o sano, si es adulto o un cachorro, si es nuevo en el barrio…

Los perros a través del olfato obtienen casi toda la información de su entorno y eso enriquecedor para ellos como lo es para nosotros ir a visitar un lugar nuevo, o ver una película interesante. Además los relaja. Una buena sesión de olfateo, estimula mentalmente al perro y hace que descanse mejor. Por eso, recomiendo los juegos de olfateo para estimular y ejercitar este sentido en nuestros perros. También para ayudar a recuperarse a aquellos perros que llegan a nosotros, víctimas de un pasado de maltrato y/o abandono.

Los juegos y ejercicios de rastro o los juegos interactivos tipo Nina Ottoson, que combinan olfato y otras habilidades, son buenas maneras de ejercitar este sentido.

 

Juegos de todo a euro…

Sin embargo, además de los anteriores hay otras opciones de andar por casa que requieren una mínima inversión pero que os pueden reportar horas de diversión para aquellos días que estás especialmente perezoso para largos paseos o cuando el clima no acompaña demasiado. Los perros de ciudad necesitan salir a pasear todos los días independientemente del frío o la lluvia.

Sin embargo, muchas veces, da pereza mojarse y reducimos el tiempo de paseo del animal que puede llegar a casa con ganas de más. Para compensarle, podemos recurrir a estos juegos de interior que nos ayudan a conseguir que nuestro perro, esté igualmente entretenido.

Una opción sencilla es la caja de cartón. Buscamos una caja de cartón o caja de ordenación de plástico, lo suficientemente grande para que el perro pueda meter la cabeza e incluso las patas delanteras. Si cabe entero, mejor que mejor…

En el caso de la caja de cartón, cortamos las solapas para evitar que nuestro perro se lastime al entrar y salir de ella. A continuación, rellenamos con bolas de papel de periódico y lanzamos dentro unos pequeños trozos de salchicha. Con algo tan sencillo ya tienes un juego de busca casero y de interior. Si lo quieres complicar, puedes esconder la comida dentro de las bolas de papel. Si lo quieres complicar aún más, puedes añadir rollos de papel higiénico con los bordes metidos hacia dentro con los trozos de comida dentro.

El juego de los trileros es otra buena opción. Con tres vasos de plástico y varios trozos de comida, ya tienes un juego de busca. Solo puede haber comida bajo un vaso y no se debe levantar hasta que ponga la pata encima o apoye el morro (lo que decidas). También puedes hacerlo simplemente escondiendo la comida en una de tus manos (sin que te vea el perro) y presentándolas a continuación delante de su cara para que “marque” donde está el premio. Además, con estos tipos de juego puedes enseñarle a señalar con el morro, con la pata, con un ladrido… no hay más límite que tu imaginación

Otra opción consiste en “preparar” una habitación escondiendo pequeños trocitos de comida en lugares diversos y a varias alturas para que tu perro olfatee y ventee. Hemos acostumbrado a nuestros perros a oler a ras de suelo y este ejercicio es una buena manera de invitarle a levantar la cabeza para buscar. El animalito ha de esperar fuera de la estancia y empezar a buscar una vez le des la señal. Es un juego divertido y de lo más entretenido. Además, una vez finalizado sigue la diversión puesto que el “rastro fantasma” de los premios perdura durante un rato y el perro está entretenido asegurándose que no se ha dejado ni uno sin descubrir.

 

Cuando el juego se vuelve peligroso…

Comentábamos anteriormente los perros adictos a los juegos de pelota. Hay animales que adoran correr tras casi todo lo que se mueve: Personas haciendo deporte, ciclistas, motos e, incluso coches con el consiguiente peligro para su seguridad así como toda clase de animales, especialmente, gatos. El problema está en que no solo persiguen, sino que al lograr atrapar sus “presas” (ya que así es como los ve) puede causarles daños graves, dada la excitación del momento.

En los casos de perros adictos a perseguir todo lo que se mueve, lo menos recomendable es “entrenar” este instinto, mediante juegos de caza como la pelota el frisbee o los palitos. Hay perros totalmente obsesionados, hasta el punto de no poder parar y hacer caso omiso al resto del mundo. Para ellos, este deporte es un juego de caza que no acaba nunca. Si además lo potenciamos y es la única actividad que compartimos con él, además de estar físicamente preparado para afrontar cada vez mayor intensidad, no entenderá que nos enfademos cuando haga gala de sus habilidades en público corriendo detrás de algo o alguien. Si seguimos potenciando su instinto de caza, no debe extrañarnos las conductas que nos muestra. Sólo si le damos una alternativa válida, podremos pedirle que cambie de comportamiento.

El consejo es reducir poco a poco los juegos de caza ya que son lo que menos nos interesa de nuestro perro. No se trata de blanco y negro, es decir, no los cortes de raíz ya que confundirás y frustrarás a tu perro. Se trata de usar el sentido común e ir reduciendo lanzamientos mientras, a cambio, introducimos juegos de busca y olisqueo (puede buscar la pelota o el palito o chuches) u otras actividades de concentración mental.

 

Resumiendo

A los perros les encanta compartir juegos, deportes y tiempo con nosotros, aunque, no debemos perder de vista que para un buen equilibrio, es necesario alternarlo con otro tipo de actividades más perrunas como trotar, olisquear, saludar a otros perros, echarse varias carreras y volver a olisquear mientras mastican algo de hierba y se tumban..

Actividad física sí, pero planificada y orientada a disfrutar y pasar un buen rato, sin perder de vista que, nuestro perro, además de correr necesita cierta dosis de estimulación mental y también hacer un poco de perro. Déjale su propio tiempo de expansión una vez finalizada cada sesión y tendrás un perro aún más feliz.

 

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