Perros ladradores

Cuando un perro ladra SIEMPRE lo hace por algo (alegría, juego, estrés, aviso, miedo, ansiedad, frustración….). El ladrido es parte de la comunicación auditiva, que además incluye otros tipos de sonidos como el gruñido, el gemido o el aullido.

Existen numerosos estudios que demuestran que el tipo de ladrido está relacionado con el contexto y que este tipo de comunicación puede aportarnos información interesante sobre el estado emocional de nuestro perro (Pongrácz et al., 2005; 2006; 2009; Yin & McCowan, 2004).

Inhibir el ladrido a cualquier precio, sin pararse en ahondar, averiguar y tratar, en su caso, la causa que lo provoca, sólo satisface las expectativas inmediatas del propietario pues, a la larga, el perro sufre, se siente desamparado y el problema inicial se agrava. Se elimina el síntoma pero no la causa que lo provoca por lo que, se cronifica.

Y lo más seguro es que, en el caso de animales que realmente necesitan ayuda, si no pueden ladrar, encuentren otra manera de avisar de que algo va mal (autolesiones, destrozos en la casa….) y, quizá, nos guste aún menos que un ladrido.

 

¿Por qué ladran los perros?

El ladrido expresa emociones de diferente naturaleza:

Ladrido de excitación:También llamado ladrido feliz o de expectación. Frecuente cuando volvemos a casa, cuando vienen visitas o cuando ve a otros perros conocidos.

Ladrido de aviso: La expresión vocal es corta y penetrante (Boof) y viene a decir: Aléjate.

Ladrido de miedo: Está unido a altos niveles de estrés por invasión de espacio personal o por exposición a estímulos desconocidos. Es un ladrido en tono alto y series largas. Mantenido en el tiempo es como una llamada de auxilio.

Ladrido de guarda: Suele presentarse como gruñido-ladrido-gruñido-ladrido y no guarda relación con la agresividad (el perro está ejerciendo una labor de protección). Si el perro, no siente miedo, está defendiendo y tiene buena comunicación corporal mostrará dientes y gruñirá a la vez que gira la cabeza en un intento de evitar llegar a la agresión directa.

Ladrido de frustración: Es el ladrido asociado al estrés crónico. El perro vive en una situación de la que no puede salir por sí mismo y en la que no puede hacer nada para mejorarla. Frecuente en perros que viven atados permanentemente o sufren encierros o soledad muy prolongados..

Ladrido aprendido: El animal ladra esperando una recompensa: Atención, comida…

Más tipos de ladridos: 

Aullidos: Frecuente en lobos, se mantiene en los perros. Denota necesidad de compañía

Gemidos: El perro avisa que tiene hambre o necesita salir urgentemente

Gruñidos: Se identifican erróneamente con agresividad cuando en realidad es una llamada a respetar el espacio individual. Es un aviso.

 

Perros pequeños ladradores

Nunca perdamos de vista que un perro, siempre es un perro por pequeño que sea. Muchos perros pequeños, ladran y se muestran desagradables cuando se les acercan personas u otros perros.

A pesar de parecer agresivos, en realidad la mayoría tienen miedo y se sienten inseguros ya que, en muchos casos, nunca han tenido la oportunidad de aprender a gestionar este tipo de encuentros puesto que, muchos propietarios, con la excusa de protegerlos, los sacan demasiado pronto de estas situaciones, a menudo en brazos, impidiendo que se socialicen con otros perros y personas.

Con esta actitud lo que hacen, inconscientemente, es enseñar a sus perros a tener miedo a todo lo que se les acerque y fomentan que reacciones ladrando y, en ocasiones, mordiendo. Recuerda permitir a tu perro ser lo que en realidad es y disfrutar plenamente de su condición.

 

¿Eliminar o reconducir conductas?

Cuando estás tratando de eliminar una conducta a priori molesta en tu perro, como ladrar o enfrentarse a otros perros, lo primero es averiguar por qué lo hace. Quizá es algo aprendido que debas trabajar pero puede que esté avisando de algo concreto que requiera tu atención. En cualquier caso, cuando obvias una conducta potencialmente molesta, puedes observar que tu perro, no sólo persiste en ella, sino que, en estos primeros momentos, la incrementa aún más. Parece que te dijera: “Mírame, ¿No te estás dando cuenta de lo que quiero?”

Si has iniciado el proceso de obviar una conducta molesta de tu peludo con el objetivo de erradicarla y el perro parece que va a peor, es el momento de revisar todo el proceso y pedir consejo profesional para que pueda orientar de la mejor forma a seguir.

Ante un problema de ladridos pide ayuda y empieza cuanto antes a trabajar con tu perro. Trabajando a favor del perro, estarás en el buen camino de una mejor convivencia.

 

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