Cómo nos interpretan los perros

Los perros son capaces de interpretar el estado de ánimo de las personas, actuando en consecuencia.

Por ejemplo, cuando la gente sonríe o habla con un tono alegre, suele significar “cosas buenas” para el animal, que se comporta en consonancia, aproximándose con una postura confiada y relajada o también moviendo el rabo. (De ahí la importancia de una llamada alegre cuando iniciamos el ejercicio).

Sin embargo los perros también pueden aprender a mostrar otro tipo de respuestas cuando anticipan una situación poco favorable. Por ejemplo, si la persona se acerca de manera brusca, muestra un tono de voz elevado y/o extiende la mano por encima de la cabeza, agarra el collar o señala al perro directamente.

En estos casos buscará alternativas que le ayuden a resolver la situación como conductas de apaciguamiento/sumisión (lo que identificamos como cara de culpabilidad cuando llegamos a casa y nos encontramos algún desastre), evitación (cuando directamente se esconden) o conductas agresivas sobre todo si la persona que se aproxima le es desconocida (enseña los dientes, gruñe, lanza dentelladas al aire…).

Esto no significa necesariamente que el animal sea agresivo o malo, sino que no le hemos dado otra opción (ocurre frecuentemente cuando el animal está atado o acorralado y lo intentamos someter a una manipulación por parte de un desconocido que no le resulta agradable).

Las conductas que nos muestra ante estas situaciones funcionan como una “escalera de emociones”. Si cualquiera de estas respuestas le “funciona”, es decir, si el perro interpreta que su conducta ha conseguido evitar lo que él considera una amenaza, ésta acción se verá reforzada por el resultado y será más probable que la vuelva a mostrar en posteriores ocasiones.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.