Un error frecuente en el día a día es intentar hacernos “oír” a golpe de grito… Ocurre en muchas facetas de nuestra vida: Con la familia, con los amigos, en el trabajo y, por supuesto, también se da frente a los animales de casa.
Toxoplamosis y gatos
La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa ocasionada por un protozoo parásito llamado Toxoplasma gondii, un parásito intracelular obligado. La toxoplasmosis puede causar infecciones leves y asintomáticas, así como infecciones mortales que afectan mayormente al feto, ocasionando la llamada toxoplasmosis congénita.
Tiempo de procesionaria
La procesionaria o gusano de los pinos es una de las causas comunes de problemas, llegado el buen tiempo.
Reflexiones en voz alta
Hay perros bien educados, mal educados y, sobre todo, hay perros que ni lo uno ni lo otro, simplemente no están educados (ni bien ni mal)….
Identificando el buen juego
Cuando los perros interactúan puede que jueguen o se enfrenten. Comprender la diferencia entre conductas, nos ayuda a entender y saber si necesitamos intervenir o no. Aunque no hay directrices sólidas podemos apuntar algunas que recoge el autor James O ´Heare.
Perros ladradores
Cuando un perro ladra SIEMPRE lo hace por algo (alegría, juego, estrés, aviso, miedo, ansiedad, frustración….). El ladrido es parte de la comunicación auditiva, que además incluye otros tipos de sonidos como el gruñido, el gemido o el aullido.
Comida, juguetes y gatos en forma
Nuestro gato doméstico realiza varias pequeñas comidas repartidas a lo largo del día (entre 18 y 20 tomas diarias, es decir, el equivalente a unas 15 presas pequeñas). En la naturaleza, debe “emplearse” a fondo en cazar la comida pero en casa, lo tienen mucho más fácil.
¿Está raro o se encuentra mal?
Hay ocasiones en que nuestros perros y gatos de casa pueden mostrar comportamientos extraños e inadecuados y, no necesariamente, se tratan de temas de conducta.
Caritas de culpabilidad
Muchas veces cuando nos encontramos un desastre en casa, llamamos al perro y sentenciamos que sabe lo que ha hecho porque nos mira con cara de culpabilidad. Realmente, el perro no tiene ni idea de las razones de nuestro enfado pues su memoria es limitada, pero sabe que algo no va bien e intenta desaparecer o, en su caso, intentar “tranquilizarnos” agachando la cabeza, evitando la mirada y pegándose al suelo.
Acostumbrando al perro a la soledad
El perro es un animal social y, por tanto, no está diseñado para estar solo si antes no lo acostumbramos de forma progresiva.