Socorro, tengo un gatito en casa.

Por fin ha llegado el día. Tras mucho deliberar en familia y valorar las opciones para adoptar un gatito, hoy es el gran día. Llega a casa y tenemos todo preparado para este momento.

Para ayudarle en su integración en nuestro hogar, debemos tener en cuenta sus necesidades y adelantarnos a ellas, proporcionándole todos los elementos necesarios para que se sienta seguro. Una vez en casa, será necesario proveer una zona segura (libre de peligros) donde debe permanecer cuando no esté supervisado, sobre todo al principio, que incluya:

• Zona de descanso. Para ello le proporcionaremos una cama, con techo preferentemente. A veces, nuestro gatito nos sorprenderá, dejando de lado la estupenda camita de lujo que le hemos comprado, e inclinándose por nuestra cama, nuestro sofá o la estantería más alta a la que pueda llegar. Que no nos extrañe. Muchas veces, su transportín o una simple caja de cartón con una toalla pueden ser camas estupendas.
• Zona de alimentación. Un bebedero y un comedero, preferiblemente de acero inoxidable y, por supuesto, alejados de la bandeja sanitaria.
• Zona de eliminación. Para ello elegiremos una bandeja sanitaria de bordes bajos (alejada del comedero y el bebedero). Debe ser lo suficientemente amplia como para que el gatito, cuando crezca, quepa entero y pueda moverse dentro con facilidad. Son muchos los gatos que rechazan la bandeja por ser demasiado pequeña o incomoda.
• Zona de juego que, enriqueceremos, con juguetes apropiados, de los que hablaremos más adelante, y, muy importante, un rascador estable donde pueda afilarse las uñas, estirarse y escalar. El rascador debe ser firme y estable. No suelen servir aquellos que se cuelgan de las puertas, puesto que, si se mueve o se desestabiliza durante su uso, el gatito jamás volverá a usarlo.

La edad ideal para la adopción está entre las 6 y las 8 semanas de edad, cuando el gatito está preparado para afrontar cambios en su vida. El período de socialización comienza cuando los órganos de los sentidos y la capacidad motora están lo suficientemente desarrollados como para que, el gatito, pueda interactuar con otros individuos y explorar el entorno. El final de este período, coincide con la aparición de una respuesta de miedo frente a estímulos desconocidos, hacia la semana 8 u 9.

Es por ello, que no conviene separar al gatito de la madre demasiado pronto puesto que, lo que aprenda de ella y sus hermanos, será determinante para el resto de su vida. Desgraciadamente, no en todos casos podemos cumplir esta premisa, pues hay demasiados gatitos huérfanos, prematuramente, que necesitan un hogar. Trataremos este tema en otro artículo.

Durante este periodo vital y, en la medida de lo posible, debemos asegurarnos que el gatito experimente los siguientes aspectos fundamentales:

Socialización propiamente dicha, con miembros de su especie, con personas y con otras especies animales. Cuánta más, mejor. Es importante presentarle la mayor cantidad de estímulos posibles (niños, bebés, personas de todas las edades y condiciones, otros animales domésticos…)

Un gato mal socializado es susceptible de presentar miedo y agresividad hacia las especies con las que no ha estado en contacto y, este hecho, puede afectar de manera importante la relación contigo y tu familia, máxime, si en el futuro tenemos previsto aumentar la familia o adoptar otro animal.

Además, el contacto forzado con especies con las que no se ha socializado le generará estrés, que afectará de manera importante a su bienestar.

Durante el período de socialización el gatito debe habituarse a estímulos y situaciones que encontrará cuando sea adulto. Para que se produzca la habituación, la exposición al estímulo debe hacerse de manera paulatina.
• Ruidos comunes de la casa (timbre, teléfono, aspirador…)
• Manipulaciones frecuentes. Es bueno acostumbrarlo a “jugar a los médicos”, intentado emular una revisión veterinaria y manipulando boca, orejas…
• Transportín. Debería ser un elemento familiar más por lo que, recomendamos, dejarlo abierto en la habitación donde hace vida el gato. Muchas veces, con este sencillo gesto, propiciamos que se convierta en su lugar seguro y no lo identifique únicamente con viaje al veterinario.
• Veterinario. Lo ideal sería poder visitar a nuestro veterinario con el gatito, sin tener que realizar ningún tipo de intervención como, por ejemplo, vacunar, o administrar pastillas. De esa forma, acostumbramos a nuestro pequeño a lugares y olores nuevos sin necesidad de asociarlos a una amenaza. Una buena forma de crear una asociación positiva a la consulta veterinaria, es ofreciendo varios premios en forma de bocaditos apetecibles al gatito, mientras permanece en la consulta.

 

Conducta de eliminación

Los gatitos comienzan a manifestar la secuencia de movimientos característicos de la conducta de eliminación, hacia las 4 semanas de vida. No necesitan aprender esta conducta de la madre ya que vienen “de serie” con ella.
La secuencia de la conducta de eliminación, se puede resumir en tres pasos:
1. Escarban una pequeña depresión con las patas.
2. Orinan y/o defecan en dicha depresión.
3. Cubren finalmente los excrementos y/o orina con el sustrato.

A veces, nos encontramos con gatos adultos que presentan una preferencia por un tipo de bandeja o arena y, rechazan, de plano, cualquier otra. Este comportamiento se puede prevenir, si hemos acostumbrado al gatito a diferentes tipos de bandeja y sustratos.

Se puede favorecer la aceptación de la bandeja tomando las siguientes medidas:
• La bandeja debe ser, preferiblemente, descubierta, de bordes bajos y de tamaño suficiente para favorecer la entrada y salida del gatito.
• Los desechos deben ser limpiados diariamente y toda la arena debe ser reemplazada al menos 1 vez por semana.
• La bandeja sanitaria, siempre debe estar alejada del comedero y del bebedero, en lugares tranquilos y de fácil acceso para el gato.
• Debe haber suficiente cantidad de bandejas para el número de gatos.
Los gatos están “programados” para usar la bandeja. Cualquier uso inadecuado, debe ser tenido en cuenta, pues puede deberse a diversos motivos que trataremos en otro artículo.

Consejos para prevenir conductas indeseables en el gatito

La manera más efectiva de prevenir, se basa en reforzar las conductas apropiadas e ignorar las inapropiadas. Este plan debe comenzar tan pronto como el gatito llega a casa.

Es importante tener en cuenta que, ciertas conductas que pueden ser aceptables en un gatito, pueden ser muy molestas o peligrosas si las muestra uno adulto. La más ilustrativa es el gatito al que se le consiente mordisquear, jugando, las manos a sus propietarios y que conserva este hábito cuando llega a la edad adulta, convirtiéndose en un auténtico problema de convivencia si, además, el animal, nunca ha sido consciente de la intensidad de su mordida.

Por ello, nunca me cansaré de repetir que, bajo ningún concepto, se debe jugar con las manos. Para evitar que, el gatito, no identifique nuestras manos con una presa, hay que evitar provocarle con las manos y debemos proporcionarle juguetes adecuados (plumeros con caña, ratones…) que siempre deben estar disponibles. Además recomiendo cambiarlos a intervalos regulares para que el gatito no pierda el interés.

Los juguetes ideales son aquéllos que estimulan la conducta depredadora del gato.
• Textura y tamaño: de piel, pequeños y ligeros, (por ejemplo, ratones, cañas con plumero… )
• Ruido: que hagan ruido cuando se los toca (una bola de papel puede convertirse en un estupendo juguete para un gato
• Movimiento: que se muevan rápidamente cuando el gato los toca (pelotitas, ratones de trapo…)

Es importante que participes en el juego, lanzándoles los juguetes, o incitándole con las cañas plumero, por ejemplo. Tener un cesto lleno de juguetes por sí solos no estimulará el juego de tu gato.

 

Conductas normales para el gato pero que molestan al propietario

Debes ser consciente que, hay determinadas conductas que pueden ser molestas para ti, pero que son normales para el gato. En consecuencia, no deben ser castigadas, pero se pueden tomar medidas para prevenirlas o reducirlas.

Subir a las estanterías puede reducirse si el gato dispone de un poste para trepar. De todos modos, no olvides que tienes un gato en casa así que, si tienes objetos valiosos en las estanterías que quieras conservar, te recomiendo que los guardes en sitio seguro, por lo menos, mientras el gatito pierde el interés por las estanterías.

El juego nocturno puede disminuir si nos preocupamos de estimular la conducta de juego durante el día, especialmente por la tarde.

Arañar los muebles es normal en el gato. Necesita estirarse y afilar sus uñas.

Una buena opción es entrenarle a utilizar el rascador. Como ya he comentado antes, debe ser un rascador firme, estable y lo suficientemente alto como para que el gatito pueda realizar sus estiramientos cómodamente. Para lograr atraer al gatito hacia su rascador, podemos catnip en el poste o colgar trocitos de comida o juguetes para estimularle a estirarse y rascar.

Sobre los castigos

Están fuera de lugar siempre. Los gatos no aprenden a través del castigo. Su uso debe evitarse siempre porque, lo único que conseguimos, es desencadenar miedo en el animal.

Sin embargo, algunas veces, si la conducta es peligrosa para las personas o para el mismo gato, debe ser interrumpida, sacando al gato de esa situación.

Disfruta de tu nuevo compañero.

 

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