Niños y perros

La clave para que la relación entre perros y niños dentro y fuera de casa esté marcada por el respeto entre ambos, radica en la supervisión y la educación (nunca en el miedo ni las prohibiciones). Por eso, es importante enseñar a los niños a acercarse, saludar e interactuar de manera segura con los perros.

Aquí van algunas recomendaciones para los peques de la casa

  • Camina de manera calmada y relajada en el momento de acercarte al perro. En otras palabras, los niños NO deben acercarse corriendo hasta el perro, ya que podrían asustarlo.
  • Saluda a la persona que camina con el perro y pregúntale si puedes acariciarlo. Ella lo conoce y te dirá si al perro le gusta o no.
  • Cuando te hayan dado permiso para saludar al perro, asegúrate de no inclinarte mucho sobre él. Mantén tu cuerpo de lado y acaricia de manera suave y amable. Ten cuidado de no incomodar con abrazos fuertes, besos o caricias bruscas.
  • Respeta siempre el espacio del perro y no lo invadas. Debes evitar ir a saludar a un perro que está dentro de un coche o que lleva un juguete, un hueso o está comiendo. Puede interpretarlo de forma errónea como una agresión.
  • No mires fijamente al perro a los ojos, ya que podría sentirse amenazado por ello. Míralo desde el lateral y enseguida podrás observar, si está alegre de verte y quiere interactuar contigo. Si ves que está asustado o agresivo… por favor NO te acerques y sigue tu camino.
  • Ten presente que algunos perros, por muy simpáticos que parezcan, no se sienten cómodos con niños a su alrededor, por lo que debes aprender a leer las señales de incomodidad que el perro muestra a través de su lenguaje corporal y que la mayoría de las veces por ser tan «sutiles» pasan inadvertidas o son interpretadas erróneamente.

Estas son algunas:

  • Bostezar, sin tener hambre o sueño, cuando los niños están cerca significa que no está cómodo con la situación.
  • Girar la cara o, incluso el cuerpo, cuando lo van a abrazar, indica que el perro no quiere nada con ese niño y está pidiendo salir de esa situación.
  • Lamerse los labios, cuando los niños lo abrazan o tocan, significa que le producen ansiedad o estrés. No lo interpretes como si el perro estuviera relamiéndose de gusto.
  • Aguantar la respiración, es decir, cerrar la boca es un indicativo de que no está conforme con la situación y podría molestarse.
  • Retirarse, por no decir huir del niño e irse a un sitio seguro, es una señal inequívoca de que no quiere interactuar con los niños.

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