Navidades con animales en casa

A un pasito como estamos de las fiestas navideñas y con muchos hogares engalanados para la ocasión, conviene recordar una serie de consejos para que todos, incluidos los animales de la casa, podamos disfrutar de estas fechas con tranquilidad y seguridad.

Vistiendo la casa de navidad….

Si vives con peludos y eres de los que no renuncian al placer de vestir de fiesta tu hogar, hay una serie de precauciones a tener en cuenta en estas fechas:

  • Los árboles navideños son una invitación a saltar, trepar o jugar con ellos. Elige aquellos con una buena base estable que evite este tipo de accidentes.
  • Evita las bolas de plástico o cristal ya que, si consiguen tirarlas, al romperse se convierten en peligrosos objetos cortantes. Escoge a cambio las de fieltro o cuerda, menos peligrosas.
  • Las cintas y espumillones brillantes de plástico, pueden producir asfixia u obstrucciones estomacales e intestinales en caso de ingerirlas. Extrema las precauciones o, directamente, elimina el riesgo si ves que tus peludos se sienten irremediablemente atraídos a intentar jugar con ellas.
  • Las figuritas de los belenes han de estar alejadas del alcance de niños pequeños y animales pues hay algunas de tamaño lo suficientemente pequeño como para ser tragadas y que nos puedan dar disgustos.
  • Los cables y guirnaldas de luces pueden producir asfixia si se enreda con ellos.
  • Evita que juegue, roa o muerda las luces encendidas puesto que podría sufrir una descarga eléctrica y/o clavarse los cristales de las pequeñas bombillas.
  • Siempre que salgas de casa, deja al animal en un lugar seguro, alejado de los peligros y desenchufa las luces para evitar que las muerdan en tu ausencia y te encuentres un disgusto a tu vuelta.
  • Las típicas plantas navideñas como el muérdago, el acebo o la flor de Pascua (Poinsettia) son tóxicas para ellos. Colócalas en lugares donde no puedan acceder los animales.

 

Dulces y chocolates…

El chocolate contiene un componente que resulta peligroso para los perros, llamado teobromina. Mientras que los humanos la metabolizamos fácilmente, ellos lo hacen mucho más lentamente, lo que permite que se acumule en su organismo hasta alcanzar niveles tóxicos e incluso mortales.

Se trata de un alcaloide perteneciente a la misma familia que la cafeína y incoloro e inoloro, con un sabor ligeramente amargo. Se encuentra presente en el árbol del cacao, y sus semillas, y por consiguiente en los productos del cacao y sus derivados.

Un perro grande puede ingerir mucho más chocolate que un perro pequeño, sin que presente síntomas de intoxicación aunque bastan poco más de 100 mg de teobromina por kilo de peso vivo, para causar efectos tan graves que llegan a comprometer seriamente la vida del animal.

Conviene recordar que los diferentes tipos de chocolate tienen distintos niveles de teobromina. El cacao amargo, el chocolate para cocinar y el chocolate negro contienen los niveles más altos, mientras que el chocolate con leche y el chocolate blanco tienen los más bajos. Para hacernos una idea, el chocolate negro contiene aproximadamente 1,5% de teobromina, unas diez veces más que el chocolate con leche común.

Si tu perro consume una pequeña cantidad de chocolate, probablemente sólo sufrirá de molestias estomacales. Puede vomitar o tener diarrea. Sin embargo, cantidades mayores, tendrán efectos más graves. En cualquier caso, ante el menor síntoma de los anteriores, lo mejor es no correr riesgos y trasladar al animal inmediatamente al veterinario ya que se trata de una urgencia y la rapidez es vital en estos casos.

 

Y qué pasa con los petardos y los fuegos artificiales

Aunque nosotros disfrutemos de las fiestas, nuestros compañeros de cuatro patas pueden no ser tan amigos de esta celebración. Con los petardos y los fuegos artificiales, son muchos los perros y gatos que se estresan, y presentan síntomas de ansiedad extrema.

Seguramente más de uno habrá visto perros aterrorizados ante algo que no controlan. Entran en auténtico estado de pánico, no ven aunque lleven los ojos desorbitados y caminan pegados a las paredes y al suelo, tirando de la correa en un intento desesperado de volver a casa cuanto antes.

Se vuelve especialmente importante extremar las medidas de precaución si vivimos con un animal miedoso. En estos casos, evita sacarlo de paseo a las horas más comprometidas y, cuando salgas, asegúrate que lleva el collar bien puesto y agarra bien la correa para evitar que el perro salga corriendo y se escape en caso de pánico.

Si eso ocurriera, la única forma de poder recuperar al animal perdido es, si lleva un microchip identificativo implantado.

Generalmente el perro que siente un miedo irracional ante los fuegos artificiales y los petardos, suele reaccionar de dos formas diferentes en función de la situación en la que se encuentre:

  • Intenta esconderse para evitar el problema
  • Sale huyendo para escapar de la situación que lo aterroriza.

El perro que sale huyendo es el que corre más peligro, puesto que su estado de pánico, provoca que no oiga nada, no vea nada y sufra más riesgo de ser atropellado o de perderse y no saber volver a casa.

En la mayoría de los casos, el propio animal dentro de casa, elige un refugio seguro para pasar el “mal rato” de los petardos o los fuegos. Él solito se va al fondo de la casa (normalmente un baño o aseo), donde todos los ruidos se amortiguan y se queda allí tranquilo hasta que todo vuelve a la normalidad. En casos extremos, si podemos anticiparlo, el veterinario puede aconsejarnos sobre el uso de difusores o collares de feromonas que ayudan a calmarse a nuestro perro.

Si el perro, al asustarse, se esconde en otra habitación o debajo de una silla, sofá, etc. no lo fuerces a salir de su refugio. Ese lugar hace que se sienta más tranquilo y lo ayuda a controlar el miedo. Si mantenemos la calma, al cabo de un rato es más que probable que nuestro perro salga de su escondite una vez superada la situación, es decir, cuando se sienta a salvo.

Ahora es momento de prevenir pero, una vez pasadas las fiestas, es más que recomendable ponernos manos a la obra para ayudar a nuestro perro a superar sus propios miedos y afrontarlos de otra forma más tranquila.

Con unas mínimas precauciones, todos, animales y humanos, disfrutaremos mucho más de las fiestas.

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