Factores de amenaza

Para la inmensa mayoría de los perros, existen cuatro factores principales, que determinan el nivel de amenaza que supone el contacto con otro individuo ya sea perro o persona.

El tamaño de ese individuo sería el primer factor. Cuanto más pequeño sea ese desconocido, menos amenazante resultará y al contrario ocurrirá con individuos grandes. Por eso, ante perros miedosos, la recomendación para las personas es actuar de forma tranquila, mostrar el perfil y agacharse en cuclillas para intimidar lo menos posible.

La actitud es importante y sería el segundo factor. Mirar directa y fijamente a los ojos de un perro desconocido, resulta amenazador para éste último, que suele desviar la mirada a los pocos segundos. La forma de hablar o de gesticular también reviste su importancia. Cuánto más exagerada sea, más intimidatoria resulta y por eso, se hace sumamente importante movernos de forma suave y relajada a la vez que hablamos en voz baja con estos perros.

La previsibilidad del contacto es el tercer factor a tener en cuenta. Un contacto directo y sin previo aviso, puede asustar al perro más tranquilo del mundo, así que no digamos a uno miedoso. Es importante, acercarnos suavemente, dejarnos oler y dirigir el contacto a las zonas menos amenazadoras para ellos.

Las zonas de contacto sería el cuarto factor. Ya hablamos una vez de lo poco que le gusta a los perros que les toquen la cabeza, por ser una zona que escapa a su control. Recordemos acariciar la barbilla, el pecho o los flancos que son zonas que puede controlar. Las patas delanteras también son zonas sensibles y es posible que muchos perros intenten evitar que se las acariciemos, así que es mejor dejarlo estar, y ceñirnos a las anteriores.

 

Respetando el espacio de los perros

Un contacto directo y sin previo aviso, puede asustar al perro más tranquilo del mundo, así que no digamos a uno miedoso o de raza pequeña que ve acercarse algo grande por encima de él invadiendo su espacio. Lo mejor es respetar cierta distancia y dejar que sea el mismo animal el que inicie el contacto y en su caso, es importante recordar que si tenemos que acercarnos, debemos hacerlo suavemente, dejarnos oler y dirigir el contacto a las zonas menos amenazadoras para ellos.

Normalmente a los perros, salvo que estén muy acostumbrados desde siempre, no les emociona que les toquen la cabeza, por ser una zona que escapa a su control (y es lo primero que se suele acariciar cuando no se tiene en cuenta este detalle). Centrémonos mejor en acariciar la barbilla, el pecho o los flancos que son zonas que puede controlar.

Imagen: Lili Chin https://www.doggiedrawings.net/freeposters

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