La lengua del gato posee unos 473 receptores sensoriales (nosotros tenemos 9.000) y está recubierta de papilas con diferentes funciones.
Por ejemplo las papilas filiformes, situadas en el centro de la lengua, tienen como finalidad facilitar el aseo del gato y carecen de receptores del gusto.
Las papilas fungiformes (situadas delante y en la zona lateral de la lengua, tienen forma de cono y actúan como receptores del gusto. Los gatos son capaces de diferenciar los sabores salado, agrio y amargo pero apenas responden al gusto de lo dulce.
Por eso, cuando un gato se acerca a chupar helado o nata, no es que aprecie el sabor sino que ha captado la materia grasa del alimento que es lo que realmente le atrae…