Seguro que os habéis preguntado más de una vez qué significado tiene escarbar para nuestro perro. Los perros escarban por instinto. En más de una ocasión tu propio perro, habrá intentado escarbar el suelo o la alfombra, ¿verdad?
Si te fijas en las uñas de tu perro, advertirás que tienen forma roma (sin punta). Es decir, están preparadas para escarbar, correr y andar.
El olfato es el sentido canino más desarrollado y puede estar detrás de muchas “excavaciones”. Los perros escarban con énfasis tras un rastro de olor hasta llegar a crear un gran agujero en el suelo de nuestro jardín.
Muchos perros excavan la tierra al terminar de eliminar. Al contrario que los gatos, que lo hacen para ocultar sus deyecciones de posibles enemigos, los perros añaden marcas visuales con las zarpas, señalando precisamente el lugar, como si de una tarjeta de visita se tratara. Realmente están marcando el territorio, dando a conocer que han estado allí para “informar” al resto de los perros del parque y es una conducta absolutamente natural que no debe ser castigada.
En plena época de calor, un perro puede escarbar para crearse un lecho fresquito sobre el que acostarse. Las piscinas para perros pueden ser una buena alternativa a estos agujeros.
También pueden excavar por otros motivos como aburrimiento, imitación (si tenemos un jardín y nos ve plantando semillas) o para esconder sus «tesoros».
Si tenemos jardín y queremos evitar que se convierta en un campo de agujeros, lo ideal es reservar un espacio para el perro y enseñarle a respetarlo, de manera que el resto del terreno quede a salvo de sus instintos naturales. En el caso de un perro aburrido, es necesario revisar sus rutinas y ofrecerle alternativas.
Son muchos los motivos que pueden llevar a un perro a excavar. Se trata de observar atentamente al animal para averiguar las causas de este comportamiento y, en su caso, proporcionar alternativas válidas y seguras
No hay dos perros iguales como tampoco hay dos personas iguales. Toca observar a nuestro perro, si escarban por esconder tesoros, por ansiedad o aburrimiento o porque buscan el fresquito.
En todos los casos, proporcionarle al perro un espacio seguro respetando la naturaleza del animal, además de crearle unas rutinas adecuadas de ejercicio físico y estimulación mental ayudarán en los casos de aburrimiento o compulsión.
Cuando se vuelve un problema
Las experiencias que suceden sin previo aviso o las situaciones traumáticas, pueden llegar a provocan estrés en los perros. Una mudanza, falta de atención, un miembro nuevo en la familia o simplemente soledad, pueden provocar nerviosismo en el animal, y empujarlo a buscar un forma para desahogarse. Algunos perros muerden los muebles, otros destrozan zapatos, y otros cavan agujeros.
Lo primero y más importante para controlar esta costumbre es proporcionar al animal un área adecuada para que disfrute sin miedo a represalias. Una caja de arena para niños, como las del parque, o un lugar concreto del patio, son buenas opciones para esto. La cuestión es tener ese lugar para él, donde pueda cavar sin estar destruyendo el resto de la propiedad, y enseñarle a hacer agujeros allí.
Para enseñarlo a usar y disfrutar de su rincón, puedes empezar enterrando algunos juguetes o mordedores a poca profundidad en el lugar elegido. Juega con tu perro, excava con él para encontrar los tesoros escondidos. Enseguida le pillará el truco y te darás cuenta de lo bien que se lo pasa, al hacer esto contigo y no solo.
De este modo, el perro aprende, a controlarse y esperar el momento de disfrutar de la actividad contigo. Además enseguida asumirá los lugares donde puede hacer agujeros y enterrar juguetes, y dónde no.
Por supuesto es un proceso y no debemos esperar cambios inmediatos. Si tu perro cavaba por todas partes, tendrás que hacer gala de una gran dosis de paciencia y evitar las tentaciones tapando los agujeros que no te interesan. Con un poco de voluntad y ganas de verlo disfrutar de forma segura, que puedes conseguirlo.