Jaula o transportín

Jaula, transportín, corralito…. Es bastante habitual encontrar cierta resistencia a su uso en guías nóveles aportando razones del tipo de «me da pena», «sentirá que no lo quiero», «no me gusta verlo encerrado»…

Si lo miramos con perspectiva limitar el espacio para minimizar los accidentes y los errores del cachorro, es algo que se hace en todas las especies (incluida la humana) y si lo dudáis, os invito a observar a los niños o, simplemente, acordaros de cuando éramos pequeños y usábamos cunas, barreras para las escaleras o puertas, tronas, parquecitos, taca-taca… etc. todo ello pensado para limitar la posibilidad de errores y accidentes.

Sin embargo, si nos sacudimos ideas preconcebidas, las jaulas se convierten en:

  • La habitación del perro dentro de la casa… Sin mal rollo, sin estrés.
  • El lugar de descanso cuando no toca jugar, pasear o, simplemente, no puedes estar supervisando con mil ojos.
  • Una ayuda al peque para no sentirse «desbordado» por el entorno.
  • Una forma natural de aprender a gestionar periodos de activación y de desconexión.
  • Favorece el inicio de buenos hábitos higiénicos y a ser limpios desde pequeños. 

Su uso no quiere decir que tu perro no pueda estar contigo en el sofá, en tu cama o en el salón (tu casa, tus normas) cuando así lo decidas. Simplemente es un lugar donde el cachorro puede estar seguro cuando no está supervisado (sobre todo cuando es muy peque, porque ayuda a evitar accidentes y errores). Más adelante, bien usado, se convierte en su zona segura donde descansar, viajar o, simplemente, su cuarto dentro de casa.

Si te fijas, todos los perros buscan lugares «apartados» para descansar o perderse de nuestra vista (bajo la mesa, detrás del sofá, bajo la cama…) Buscan cuevas dentro de la casa porque es algo natural y ligado a su instinto de supervivencia y conservación (aunque en casa no haya peligros evidentes).

Proporcionar al perro un lugar adecuado dentro de la casa es una idea más que recomendable y, en algunos casos, necesario: Cuando son cachorros y no podemos tener mil ojos, si tenemos que viajar usando tren, avión… cuando hay niños pequeños en casa, como una forma de delimitar espacios para darle un lugar seguro al animal y más si es mayor…

Es preferible habituar al perro a usar un lugar que considere “seguro” a escuchar lamentos del tipo de.. “muerde todo”, “está destrozando el suelo”, «está siempre en medio», “no soporta al niño de la casa”….

Y opciones hay muchas: corralitos, cerramientos, jaulas… que si nos fijamos, tienen un gran parecido a las cunas, parques, barreras para cama y puertas que se usan con humanos). Se trata de adaptar ese lugar seguro al tipo de perro, sus necesidades y las de la familia y al espacio disponible.

Que luego el perro pueda usar más espacios de la casa con libertad y compartir momentos con la familia, por supuesto… pero también que pueda volver a un lugar propio cuando lo necesite.

 

Por eso, es bueno normalizar y desdramatizar. Las jaulas, los transportines, los corralitos… son herramientas y su uso (bueno o no) depende únicamente de la formación y las manos del humano.

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