Mientras el perro, por lo general, «se sienta a la mesa» a unas horas determinadas y espera a que le sirvamos la comida, el gato mantiene la misma pauta alimentaria que sus antepasados salvajes, que consiste en realizar pequeñas comidas frecuentes (entre 18 y 20 tomas diarias). Además, los pequeños felinos domésticos aprecian la tranquilidad cuando comen, y les gusta que haya varios puntos donde elegir.
Para disfrutar de unos perros y gatos fuertes y sanos durante muchos años, es fundamental que estén alimentados correctamente y que vigilemos su peso (ojito a esos kilos de más que «tapan» las costillas y la cintura). Atrás quedaron los tiempos en se les alimentaba con sobras, y ahora somos más conscientes que nuestro animal de compañía, tiene unos requerimientos especiales para vivir más y mejor.
Un perro o gato gordito no es sinónimo de que sea feliz. Es un animal que, a la larga, puede acumular problemas de salud más o menos graves, unidos a una menor calidad y esperanza de vida. En este punto, como propietarios de un animal con sobrepeso, debemos ser realistas, plantearnos la situación y tomar las medidas más adecuadas para ayudarle a recuperar la vitalidad.
Ante cualquier duda, consulta con un profesional que te asesore sobre la dieta más adecuada para mantener un peso óptimo y una buena salud a tu compañero.