Algo está cambiando en la conducta social de nuestros gatos domésticos.
A tu gato le gusta jugar y tú lo sabes. Aunque siempre se ha pensado que el gato es un ser independiente y antisocial, que prefiere vivir en soledad, para aquellos que convivimos con uno o varios felinos, no hay nada más alejado de la realidad.
Los gatos domésticos que han sido socializados desde pequeños para vivir con humanos, con perros o con otros gatos, son seres que, de forma normal, buscan la compañía de otros miembros de la familia, por los que sienten afinidad. No necesariamente va a mantener la misma relación con todos porque, al igual que las personas, ellos también tienen sus preferencias.
Lo que está claro es que a nuestros gatos les encanta jugar entre ellos y con nosotros y, es nuestra responsabilidad proporcionarles el juego y la diversión que necesitan para sentirse queridos.
Nunca con las manos
El gato es cazador y como tal, uno de sus juegos preferidos es el del acecho y la caza. Debemos conocer la forma de fomentar este juego de una forma agradable para nuestro amiguito, pero segura para nosotros.
No me cansaré de repetirlo jamás. No debemos acostumbrar al gatito pequeño a jugar con las manos NUNCA. Puede parecernos gracioso cuando los dientecitos de leche apenas son agujitas pero, cuando nuestro precioso cachorrito crezca y se convierta en un gatazo con la dentición completa y desarrollada, el juego no será tan agradable para nosotros aunque, para él, seguirá siendo un juego. Y no entenderá que nos enfademos por algo que nosotros mismos hemos consentido.
Lo mejor es ser coherentes desde el principio y jugar siempre utilizando los juguetes adecuados que mantengan nuestras manos alejadas de las garras y dientes de nuestro gato.
Podemos usar los plumeros o las cañas que simulan presas porque, lo que está claro es que nuestro gato adora el movimiento y, en cuanto paramos de jugar con él, la actividad pierde interés y se marcha a hacer cualquier otra cosa.
Una forma de evitar el juego de caza y acecho de los gatitos empeñados en “cazarnos” los bajos de los pantalones, las faldas o las zapatillas en movimiento cuando vamos de un lado para otro de la casa, consiste en desviar su atención hacia algo mucho más atractivo. No sería la primera vez que termino con un ratoncito de vivos colores y con plumas atado con una cuerda larga a mi cintura para que sea la presa a caza cuando me mueva por la casa.
Los gatos disfrutan enormemente con esta actividad y aprenden a diferenciar lo que es juguete de lo que no lo es. Las mopas también son una estupenda presa para algunos gatos aunque resulta algo incómodo si estás limpiando la casa en ese momento.
También puedes colgar una pelota, amarrada con una cuerda, a una altura que invite a tu gato a brincar para moverla y lo mantenga ocupado tratando de bajarla.
Juegos y juguetes para todos los gustos
A la hora de jugar, aunque cada gato tiene sus propios gustos, en general a la mayoría les gusta aquellos que simulan pequeñas presas y que sean pequeños y ligeros, por ejemplo, ratones o pelotas blanditas que pueden atrapar con la boca y las garras.
También suele gustarles que hagan ruido cuando se los toca aunque hay algunos que rehúyen este tipo de juguetes.
Todo gato doméstico necesita un rascador. Es parte de su ser el rascar y afilarse las uñas así como el marcar el territorio mediante pequeños depósitos de olor. Si no le facilitamos uno, el gato buscará un sustituto por su cuenta que normalmente suele ser el sofá puesto que cumple todas las exigencias para ser un excelente rascador.
El juguete rascador podemos comprarlo o fabricarlos nosotros mismos pero debemos tener en cuenta que sea estable y firme. También debe ser tan largo que permita estirarse a nuestro gato completamente. No suelen servir aquellos que se cuelgan de las puertas, puesto que, si se mueve o se desestabiliza durante su uso, jamás volverá a usarlo. Tampoco sirve colocarlo al fondo de la casa puesto que el gato volvería a buscar un lugar sustituto en un sitio más preferente. Ha de estar en la zona caliente del hogar pues es un claro indicador de que en en esa casa viven gatos.
Las cajas de cartón suponen un juguete estupendo y muy económico. Si la caja tiene el tamaño adecuado para que el gatito quepa dentro, se convierte en un escondite extraordinario para acechar o en una zona de descanso increíble ya que les proporciona seguridad e intimidad.
Una simple caja de cartón cerrada con cinta de embalar y a la que hayamos practicado varios agujeros, puede convertirse en un comedero interactivo ya que precisa del esfuerzo de nuestro gato para atrapar la comida.
En casa hay un montón de cosas susceptibles de convertirse en juguetes para nuestro gato. Les encantan las bolas de papel normal o las de papel de aluminio, los paños de cocina colgados, los rollos de cartón de papel de cocina, etc. ¿Qué gato casero no ha jugado con el rollo de papel higiénico recién puesto, tapizando de trocitos el suelo de nuestro cuarto de baño?
En el mercado podemos encontrar un montón de juegos que estimulan la inteligencia de nuestro gato: Circuitos, tententiesos, bolas que se pueden rellenar con comida y precisan del movimiento para extraer el pienso…
Si además, somos manitas, podemos fabricar juguetes en casa. Un ejemplo de un juguete hecho en casa para tu gato consiste en rellenar un calcetín viejo con bolitas de papel o trozos de tela añadiendo, además, un cascabel para hacerlo más atractivo a sus sentidos. Ten la precaución de envolver el cascabel con otro trozo de tela. No vaya a ocurrir que rompa el calcetín y se trague el cascabel. Verás cómo se divierte.
Pero lo más importante es que tú participes en el juego, lanzándole los juguetes, o incitándole con las cañas plumero, por ejemplo. Tener un cesto lleno de juguetes por sí solos no estimulará el juego de tu gato.
Observa cómo tu gato disfruta y juega. Se creativo y sorpréndelo. Ofrécele muchas opciones de juego y cámbialas con regularidad para que tu gato no se aburra y desarrolle toda su inteligencia.
Los gatos también juegan entre ellos
Aunque hay gatos que no se juntan nunca a otros gatos a pesar de vivir en el mismo hogar, hay otros gatos que no saben vivir solos y que buscan a sus compañeros para todas las actividades del día a día, incluido el juego.
Estos gatos suelen descansar pegados cuerpo con cuerpo, saludarse o recibirse tocándose la nariz, acicalarse entre ellos y por supuesto jugar y correr juntos.
Los puedes ver compartiendo juguete o lanzándoselo entre ellos para perseguirlo, cazarlo y volver a empezar.
El descanso del pequeño guerrero
El poder de una caricia es más efectivo que el de las palabras y qué duda cabe que nuestros gatos saben mucho de esto. Tras un rato de juego intenso, suele buscar los mimos y las carantoñas de nuestras manos.
Cuando tu gato se frota contra ti además del contacto físico, se crea un intercambio de olores entre ambos que además le sirve para tranquilizarse y relajarse. Nosotros no podemos apreciar esta fragancia felina, pero para ellos este ritual es muy importante, puesto que es una forma de acercarse más a nosotros y marcarnos con su olor.
Podemos aprovechar este momento para masajear suavemente a nuestro gato. Es algo que nos relajará a los dos. Si observas atentamente el lenguaje corporal de tu minino, verás que pone a tu alcance aquella parte de su cuerpo que desea que sea acariciada.
Si le acaricias en este momento, empujará su boca contra tu mano o restregará la parte superior de la cabeza.
En definitiva, tanto el juego como el descanso tras él, es una forma de complicidad y afecto que merece la pena disfrutar con nuestro gato. Y sentirse querido y aceptado por nuestro gato es una sensación muy especial.