Adolescencia canina

Los perros, al igual que los humanos, también pasan una fase de adolescencia. De hecho, aunque parezcan adultos, los perros maduran antes física que emocionalmente.

Alrededor del año de edad, parece que les entrara la locura y muchos propietarios llaman preocupados ante la conducta de su, hasta ese momento adorable cachorro que, de repente, se vuelve obstinado, desobediente y se divierte poniendo a prueba absolutamente todo y a todos.

La adolescencia del cachorro es algo similar a la de los humanos. Empieza y termina a diferentes edades. Depende de cada perro y no hay una fórmula mágica para todas las situaciones. Las razas pequeñas y medianas maduran a temprana edad y las razas grandes y gigantes tardan más tiempo por lo que no existe una cronología válida para todos los animales.

Tras la pubertad, en torno al año de edad y debido precisamente a la revolución hormonal y a la falta de madurez emocional del animal, que llega en torno a los dos años, el todavía cachorro en cuerpo de adulto “cuestiona” el entorno y todo lo conocido y aceptado hasta ese momento. En ese periodo se pueden observar cambios en la conducta habitual que a veces sorprenden a los dueños que piensan que sus perros se han vuelto insolentes, maleducados o desobedientes. De nuestro buen hacer y de ser un buen referente de calma para nuestro animal, depende que esa etapa pase lo antes posible.

Puede desconcertar el hecho de que el cachorro pase de una fase de desarrollo a otra en tan poco tiempo, pero debemos ser conscientes que los perros llegan a la edad adulta en menos de dos años, mientras los humanos necesitamos unos 20 años, o más, antes de poder considerarnos adultos en todos los sentidos.

Para salvar esta etapa de forma tranquila, lo preferible es empezar la educación del cachorro lo antes posible. Al igual que nos ocurre a nosotros, el aprendizaje es una carrera de fondo y ni perros ni humanos dejamos de aprender los unos de los otros. El tiempo de calidad con tu perro y un buen asesoramiento, te ayudarán a anticipar las necesidades adicionales de educación que puede presentar tu perro.

 

Soy un cachorro… necesito aprender

Algo común a muchos propietarios, es crearse expectativas acerca de cómo debe ser su cachorro, demandando comportamientos que el animal aún es incapaz de entender. Es tiempo de juego y, en esta etapa, si les permitimos ejercer de cachorros e interactuar con otros, comienzan a aprender el autocontrol de manera gradual. Hasta las 16-20 semanas, presumen de lo que denominamos “licencia de cachorro”. Es fácil ver cachorros fastidiando a animales adultos, aprovechándose de la ventaja que les proporciona dicha licencia, mientras los adultos les dejan hacer con infinita paciencia.

Hacia las 16-20 semanas de edad, la licencia de cachorro comienza a expirar y se inicia una nueva etapa en la que el cachorro debe aprender gradualmente a controlarse mejor y comportarse de manera más educada.

Por lo tanto, se puede afirmar que, de manera general, los cachorros que crecen rodeados de otros de su especie, aprenden, de forma gradual, el autocontrol que necesitarán cuando sean adultos.

Las Escuelas de Cachorros son una buena opción para los peques entre dos y cuatro meses pues favorecen la interacción segura entre los peques y sientan las bases de la convivencia.

 

Creciendo…

Una vez superada la fase de cachorro estricta, alrededor de los cuatro meses y medio, comienza la adolescencia. Se compone de varias etapas que finalizan hacia los dos años de edad, dependiendo de cada animal, tal y como hemos visto antes. En esta fase se alcanza la madurez sexual y la revolución hormonal despierta instintos hasta ese momento dormidos. Me gusta comparar a los perros jóvenes con los humanos jóvenes. Si recordamos nuestra adolescencia, podemos ver ciertos paralelismos:

• Les gusta buscar cosas nuevas que hacer, la acción, las carreras y la velocidad.
• Se aburren fácilmente cuando no pasa nada y están buscando constantemente nuevos retos
• Carecen de autocontrol y el mundo es un reto constante. Ladran, persiguen objetos cuando nunca lo habían hecho, se muestran retadores frente a otros perros o personas…

En esta fase, las actividades de Educación Básica o la práctica regular de ciertos deportes con tu perro, sientan las bases para una convivencia más feliz y son la puerta a disfrutar de las múltiples actividades que puedes compartir con tu peludo como paseos, juegos y otras muchas…..

 

Sigue la revolución

Un perro adolescente está en fase de transición, y hay un montón de cosas que necesita explorar y probar. Permítele descubrir el mundo de forma controlada pero no dejes nunca de lado la tarea de educar a tu perro a ser un animal social y educado.

La socialización cae muchas veces en picado durante la adolescencia. A medida que los perros se van haciendo mayores, suelen tener menos ocasiones de tratar con personas y perros desconocidos.

Los perros, sobre todo los machos, suelen empezar a adoptar ciertas posturas intimidatorias cuando llegan a la adolescencia. Miradas fijas, gruñidos incluso peleas marcan esta etapa. Es frecuente que los propietarios de perros grandes eviten los encuentros con otros perros para evitar estas conductas ante el temor de que su animal pueda hacer daño, mientras que los propietarios de perros pequeños los evitan, precisamente por el temor que hagan daño a su pequeño gruñón.

Un perro así, puede ser irritante y un auténtico tormento pero no significa necesariamente que tenga intención de hacer daño a nadie. Los gruñidos y peleas son propios del desarrollo normal de un perro pero hacer daño no. Eso no quiere decir que debamos permitir este tipo de comportamientos. Lo ideal es prevenir su aparición mediante un buen trabajo previo de socialización.

Para fomentar una buena socialización que minimice estos comportamientos, no te centres únicamente en pasear por el barrio. Intenta buscar distintos recorridos para los paseos y diferentes zonas, de manera que se encuentre con muchos perros y personas. La socialización es una carrera de fondo. Para evitar conductas indeseables con otros perros o con personas, el truco está en trabajar con tu perro a diario y la única forma de conseguirlo es proporcionarle situaciones diferentes que le permitan encontrarse con gente nueva, casi a diario.

Mantener los buenos modales de tu perro durante la adolescencia resulta fácil si sabes cómo hacerlo, pero puede resultar extremadamente difícil de otro modo.

Nunca se debe subestimar la dedicación que necesita un perro. No debemos caer en la tentación de prestar menos atención a los perros, una vez que han llegado a la adolescencia con la excusa de que son mayores. Cambia el tipo de requerimientos pero se mantiene la necesidad de invertir tiempo de calidad con el animal.

 

Ayudando a nuestro perro

Para que un perro joven aprenda a controlarse, necesita pasar por un período de adaptación y nosotros podemos ayudarle poniendo un poco de nuestra parte:

Enséñale: El perro desconoce las opciones que tiene. Mediante la educación, aprende a estar tranquilo y descubre que consigue más, eligiendo hacer lo que se le pide en vez de seguir atendiendo únicamente a los instintos saltar, correr tirar de la correa. Podemos y debemos enseñarle y ayudarle a aprender a controlar las diferentes situaciones cotidianas.

Conviértete en referente: Las emociones son contagiosas. El lenguaje de tu cuerpo y tu comportamiento han de adaptarse a lo que esperas de tu perro para convencerle. Movimientos pausados y tranquilos y voz suave para dirigirnos al animal transmiten calma y control de la situación.

Coherencia: No debemos mezclar autocontrol y fuerza física. Son términos incompatibles. El autocontrol es voluntario, mientras que la fuerza física no. Evita tirones, empujones o forzarle de alguna manera. El castigo físico provoca como reacción un aumento del nivel de estrés.

Trabaja el autocontrol cada vez que puedas. Empieza en zonas libres de distracciones y en sesiones cortas. El aprendizaje debe ser divertido para ambos.

Hay otras formas de ayudarle también, como conocer las señales de comunicación canina y reforzar cuando muestra una conducta adecuada en una situación estresante (muchas personas o perros, ruidos….).

Ten paciencia: Tu perro necesita tiempo para crecer, igual que nosotros.

Sobre todo, recuerda que la adolescencia es una etapa que se supera y tu perro necesitará de tu ayuda para hacerlo de forma tranquila y sacando el mejor partido del proceso. Eres responsable de un cerebro canino joven y en pleno desarrollo, así que trabaja con él para alcanzar y disfrutar de todo su potencial. Por delante, tienes el gran compromiso y responsabilidad de velar por él, de cuidarlo, atenderlo, dedicarle tiempo y atención, disfrutando de cada paso de la relación que estáis construyendo juntos.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.