Nadie que conviva con gatos dudará nunca de la influencia que llegan a tener sobre nosotros y nuestro día a día y, aunque hay momentos en que la conducta de tu pequeño felino puede llegar a incordiar un poco, por ejemplo, si descubre una pelota bajo la cama a las tres de la mañana y se pone a jugar con ella, lo cierto es que hay un montón de pequeños grandes momentos, que hacen que la relación con él sea única y especial.
Son las rutinas compartidas las que marcan la diferencia entre la simple convivencia y lo que compartís tu gato y tú. Conocerlas es importante pues nos ayudan a entender su naturaleza animal y a anticiparnos cuando algo no va bien.
Lo que más le gusta a mi gato es……
En conversaciones entre personas que vivimos con gatos, el tema de lo que más le gusta a cada uno, está entre los preferidos. Las rutinas suelen variar de un individuo a otro aunque, curiosamente, muchas se repiten. Beben del grifo, nos esperan a la salida de la ducha, nos “regañan” si llegamos tarde….. Es la magia de vivir con gatos.
Mi gato me habla….
Un gato, por lo general, casi nunca se comunica mediante el típico “miau” que conocemos, con otro gato. Este sonido lo reserva para comunicarse con nosotros y utiliza un registro diferente y único en función de lo sus deseos: Comida, mimos, atención…..
Los humanos, curiosamente, aprendemos a interpretar los diferentes “miaus” y somos capaces de discriminar la voz de cada uno de los felinos que conviven con nosotros.
Gatos y agua…
A muchos les encanta beber del grifo. Los gatos se pirran por el agua en movimiento y les causa una gran curiosidad. Pueden pasar largos espacios de tiempo mirando como cae el agua, jugando con su pata o incluso escuchando el ruido de la ducha desde el otro lado de la cortina mientras nosotros estamos dentro. La cara que ponen cuando salimos es otra cosa. Me encantaría saber qué piensa en esos momentos mi gata o como me ve….
Los grifos son una forma estupenda de que nuestro gato beba más agua y también es uno de los momentos que más se repiten a lo largo del día.
Cada cosa con su olor….
Cuando tu gato se frota contra ti, con su cuerpo o los lados de su cara, está marcándote como suyo. Suele hacerlo cuando volvemos a casa, impregnados de olores extraños de la calle, del trabajo…y es una forma de devolvernos el olor familiar que, según nuestro gato, debemos tener, conocido y seguro. Cuando tu gato se frota contra tu cuerpo, con su frente o su nariz, es una verdadera señal de afecto.
Cualquier cosa que entra por casa es del gato. Haz la prueba: Cuando entras, se frota contra ti. Si, además, volvemos de la calle con bolsas, compra o cualquier otra cosa, la inspección felina se hace obligatoria y, en la mayoría de los casos, es fácil encontrar la cabeza de nuestro gato, cuando no el cuerpo entero, dentro de la bolsa.
Los libros tienen un poder de atracción enorme para nuestros gatos. Más de uno os sentiréis identificados y, es que, no hay más que abrir un libro para que tu minino decida que, justo ese es el momento ideal para ponerse encima y que le hagamos caso y le mimemos un rato.
Caricias y más caricias…
No a todos los gatos les gustan las caricias. Algunos prefieren compartir espacio y proximidad pero detestan estar en brazos o los excesos de mimos. Otros en cambio son unos adictos al contacto y, cuando confían plenamente en ti, les encanta ser acariciados en la barriga.
El vientre de los gatos es una zona hipersensible. Es raro que un gato soporte durante largo rato las caricias en esa zona, probablemente porque es la región mas vulnerable del cuerpo felino. No debemos olvidar que un gato que se tumba sobre el costado, tiene todo el arsenal felino (boca y garras) dispuesto para defenderse en caso de que lo considere necesario. En gatos que no conocemos, nunca rascar la barriga aunque te la ofrezca.
Si se trata de tu gato y compruebas que, mientras lo acaricias, se relaja y estira las patas mientras ronronea, puedes seguir un poco más pero sin pasarte en la presión sobre los laterales y el vientre.
Si, de repente, deja de ronronear, se encorva, dilata las pupilas o agacha las orejas, es mejor que dejes la sesión de caricias para otra ocasión pues, si no paras inmediatamente, seguramente tu gato te lo hará saber de una forma desagradable.
Cuando algo le molesta….
En otras ocasiones, cuando tu gato está molesto contigo, puede darse la vuelta y marcharse, con la cola hacia arriba, sacudiendo una pata trasera, indicando que no quiere saber nada de ti en un buen rato. Suele ocurrir cuando administramos medicaciones que no le gustan o le sometemos a alguna manipulación que no le resulta cómoda. Es una forma muy clara de decirte que “pasa de ti”.
Momento acicalado….
Haz la prueba: Pon una lata rica de comida húmeda a tus gatos y, cuando terminen, comenzará el ritual de aseo… Que los gatos se acicalan es algo sabido por todos los que convivimos con ellos pero, que siguen una rutina específica y siempre el mismo orden para hacerlo, lo saben menos personas. Esta rutina es importante pues uno de los indicativos de que nuestro gato no se encuentra bien es, precisamente, que deja de acicalarse, el pelo se vuelve opaco y se apelmaza.
Gatos y calor
Con los ordenadores pasa igual que con los libros (que el gato termina encima) aunque, en este último caso, el gusto por la zona caliente, es poderoso y no les hace falta nuestra presencia para decidir que se está muy a gusto tendido en el teclado de un ordenador encendido. Por eso, si estás trabajando con el ordenador, recuerda hacer copias frecuentemente o vigilarlo para evitar disgustos.
Parecido ocurre con los radiadores. Los gatos son capaces de aguantar temperaturas elevadísimas y, aunque nos de la sensación de que pueden entrar en combustión en cualquier momento, lo cierto es que su origen desértico los ha preparado para estas circunstancias y, de todos es sabido que, en invierno no hay un sitio mejor que el al lado de la calefacción.
¿Y cuándo el gato te quiere cazar?
Muchos gatitos de pequeños han sido enseñados a jugar con las manos y es un error. Por mucha gracia que nos haga que nos cacen, cuando llegan a la edad adulta este juego se convierte en una costumbre molesta cuando no peligrosa.
Los gatitos que viven en el campo se entretienen con ratones, pajarillos o insectos; Los animales callejeros, con restos de basura u objetos que consiguen y los gatos domésticos, cazan juguetes, calcetines, y cualquier objeto que tengan a mano, incluyendo nuestras manos y piernas (cosa que debemos evitar redirigiendo el juego hacia objetos adecuados).
En este caso, se lo pasarán pipa acechando a la víctima, que puede ser un ovillo de lana, un calcetín…., adoptando posiciones que nos parecen divertidas pero que no dejan de suponer simulaciones de caza.
¿Cómo enriquecer la vida de nuestro gato?
Cuando no estamos en casa, estamos ocupados en el trabajo o en otras tareas mientras que nuestro gato, suele pasar las horas muertas esperando que llegue la hora de la diversión. Para que nos hagamos una idea, es como si la casa estuviera “apagada” y se “encendiera” de repente cuando nosotros llegamos.
A pesar de que nosotros llegamos cansados, nuestro gato lleva descansando todo el día y, para él, ahora es cuando llega la verdadera diversión. Reclama su propio tiempo de juego y exige nuestra presencia y colaboración para que la cosa resulte más divertida.
Mis gatos son así…
Conocerlos es importante para respetar sus necesidades y disfrutar de la relación. Cada uno de los gatos que conviven conmigo son diferentes, único y especiales y no por eso son mejores o peores, más o menos cariñosos. Son como son:
Por ejemplo, Neva es una gata muy cariñosa pero que no lleva demasiado bien que la cojan en brazos. Sin embargo, todas las mañanas cuando me voy a levantar, aún sentada al borde de la cama, tiene su momento mimos donde se coloca encima de mis piernas haciendo unas cuantas croquetas para que le rasque la barriga. Luego se va y el resto del día admite todo tipo de caricias pero ya no busca ponerse encima de mí.
Bufy que es más nocturna, espera a la hora del sofá. Es llegar por la noche rendida, tumbarme y, enseguida, la tengo encima ronroneando mientras me amasa. Se queda un buen rato “hablándome en su particular lenguaje” y luego busca el cabecero del sofá, dando por terminada su sesión de mimos. Es en ese momento cuando toma el relevo la Gordita y sigue el amasado buscando acomodarse en mi regazo mientras yo le rasco la barriga. Y así pasamos la velada…
Últimos consejos
Que los gatos son animales de costumbres es algo más que sabido por los que compartimos nuestra vida con ellos. Cada animal, es único y personal y no siempre están dispuestos a recibir una lluvia de mimos y carantoñas cuando nos apetece a nosotros pero, todos, tienen esos momentos especiales en los que buscan recibir su ración de cariño. Lo malo es que, en ocasiones, los horarios no coinciden y es difícil de compatibilizar sus requerimientos, con nuestra disponibilidad.
Lo importante es conocerlos y reservar un espacio de tiempo para cada uno de ellos. Cuando fallan las rutinas es preciso observar al animal pues, casi seguro que no está bien y necesita nuestra ayuda (está enfermo, se siente solo…..)
Para una buena convivencia, es necesaria la comunicación y, por tanto la interacción entre persona y animal.