Los gatos amasan desde muy pequeños, incluso antes de abrir sus ojos con apenas unos días de vida y, especialmente, cuando están alimentándose.
Mientras maman, aprenden casi por instinto, que masajeando la zona, provocan la eyección de la leche en mayor cantidad y con más fuerza, facilitando su alimentación.
Cuando crecen, conservan el hábito como forma de buscar placer y tranquilidad y, a los propietarios, nos suele gustar. También es común que los gatos adultos que fueron destetados precozmente, conserven este hábito como una forma de auto-calmarse y sentirse mejor.
Desde un punto de vista fisiológico, durante este movimiento, el cerebro genera endorfinas, unos neurotransmisores relacionados con el placer. Entonces podemos decir que les gusta.
Sin embargo, cuando este comportamiento se realiza con demasiada frecuencia debemos considerar la probabilidad que exista algún problema. Puede que el gato use esta conducta aliviar algún problema físico subyacente o que no se sienta a gusto por alguna razón, sobre todo relacionada con su ambiente, e intente calmarse a si mismo utilizando este sistema. Si notamos que aumenta o se reduce en frecuencia deberíamos comentarlo al veterinario por si supone algún problema de salud.