En general, todos los perros suelen manifestar algún grado de inquietud durante una tormenta, sobre todo poco en las fases previas, mientras se escuchan los truenos a lo lejos. Se muestran alertas y miran hacia todos lados como buscando el origen del sonido. Aunque no hay una opinión unánime, tal vez, sea consecuencia de su alta sensibilidad auditiva (son capaces de detectar sonidos de entre 20 y 65.000 vibraciones por segundo mientras que el ser humano solo entre 20 a 20.000 oscilaciones por segundo) o una manifestación del instinto de conservación y supervivencia que les indica que deben buscar refugio para no mojarse.
Este comportamiento, a priori, es totalmente normal. Sin embargo, algunos perros parecen volverse locos ante los primeros signos de que se avecina una tormenta: Comienzan a correr de un lado a otro buscando un lugar diferente donde refugiarse cada vez que suena un trueno, llegando a lastimarse al intentar entrar en un escondite demasiado pequeño. Normalmente podemos afirmar que un perro tiene miedo a los truenos o a las tormentas porque se esconde, ladra, rasca, o incluso, se orina encima.
La fobia a los truenos y relámpagos recibe el nombre de Brontofòbia o astrafobia. No hay un origen definido para este problema, que se suele relacionar con una deficiente socialización temprana o malas experiencias pasadas.
Generalmente el perro que siente miedo, suele reaccionar de dos formas diferentes en función de la situación en la que se encuentre:
• Intenta esconderse para evitar el problema
• Sale huyendo para escapar de la situación que lo aterroriza.
Cada animal es único y por tanto responde de forma diferente ante los mismos estímulos. Hay factores como la actitud del guía, la etapa de socialización, el contacto con otros perros miedosos así como el propio carácter y genética, que influyen en su comportamiento.
Cómo actuar
Si tu perro tiene astrafobia o miedo a las tormentas eléctricas, las siguientes pautas pueden ayudar.
- Mantén la calma. Trasmite tranquilidad a tu perro pero sin agobiar.
- Crea un espacio seguro. Normalmente, tu perro elegirá el más alejado de la fuente del ruido.
- Distrae a tu perro. Puedes usar música de fondo, la tele… todo lo que necesario para aislar el hogar del ruido exterior
- Consulta con el veterinario para anticipar la situación.
- Prepárate para la próxima tormenta. Un educador en colaboración con el veterinario puede ayudarte a trazar un plan de trabajo para ayudar a tu perro a afrontar los ruidos y gestionar este tipo de eventos de forma más tranquila.
Si el perro, al asustarse, se esconde en otra habitación o debajo de una silla, sofá, etc. no lo fuerces a salir de su refugio. Ese lugar hace que se sienta más tranquilo y lo ayuda a controlar el miedo. Si mantenemos la calma, al cabo de un rato es más que probable que nuestro perro salga de su escondite una vez superada la situación, es decir, cuando se sienta a salvo. Tu perro necesita de tu apoyo e ignorarlo por completo tampoco es la solución. Dale espacio pero estate pendiente de su estado para poder ayudarlo en caso necesario.
En la mayoría de los casos, el propio animal dentro de casa, elige un refugio seguro para pasar el “mal rato” de los petardos o los fuegos. Él solito se va al fondo de la casa (normalmente un baño o aseo), donde todos los ruidos se amortiguan y se queda allí tranquilo hasta que todo vuelve a la normalidad. En casos extremos, si podemos anticiparlo, el veterinario puede aconsejarnos sobre el uso de difusores o collares de feromonas que ayudan a calmarse a nuestro perro.
Se vuelve especialmente importante extremar las medidas de precaución si vivimos con un animal miedoso. En estos casos, evita sacarlo de paseo a las horas más comprometidas y, en caso de necesitar salir con urgencia, asegúrate que lleva el collar bien puesto y agarra bien la correa para evitar que el perro pueda echar a correr y se escape en caso de pánico.
El perro que sale huyendo es el que corre más peligro, puesto que su estado de pánico, provoca que no oiga nada, no vea nada y sufra más riesgo de ser atropellado o de perderse y no saber volver a casa. Si eso ocurriera, la única forma de poder recuperar al animal perdido es, si lleva un microchip identificativo implantado.
Terapia para perros con miedo a las tormentas
Se pueden usar grabaciones aunque hay muchos perros que no responden a esta herramienta ya que las tormentas reales implican olores, movimiento de viento y vibraciones de los truenos que son difícilmente reproducibles.
Cualquier programa de entrenamiento para trabajar esta fobia debe ser llevado a cabo por un profesional para evitar inundar al animal y que genere aún más miedos. Es importante trabajar en los umbrales de tolerancia de cada perro (es decir, adaptarse a cada individuo) y siempre usando refuerzo positivo para crear asociaciones agradables entre esos estímulos que pueden dar miedo y actividades o consecuencias nuevas y/o deseadas.